Por Madrid de los Austrias, se entiende aquella parte de la ciudad que tuvo una especial relevancia, y que floreció gracias a la presencia de la corte, durante los dos siglos que reinó la dinastía de los Habsburgo en España, desde Carlos I hasta la muerte de Carlos II en 1700.
Hay varias rutas para visitar y sentirnos en otros siglos pasados.
Voy a indicaros algunos de los lugares emblemáticos de esta ruta para que sea un aperitivo de este precioso paseo donde conoceremos todo acerca de esta gloriosa época.
La Plaza Mayor, la Plaza de Oriente y la Plaza de la Villa son sus núcleos centrales.
1.- Plaza Mayor
Empezamos nuestro recorrido por el Madrid de los Austrias en la Plaza Mayor. Los inicios de la plaza se remontan al siglo XIV donde se celebraba el mercado principal de la Villa. Nace de la explanada que deja tras de sí la Laguna de Luján que al desecarse acaba denominándose” Plaza del Arrabal”y se debe a que antes fue uno de los antiguos arrabales, es decir, un barrio periférico. A medida que la ciudad creció alrededor de este barrio, la plaza ganó en importancia. A finales del siglo XVI se decidió ampliarla y dotarla de una forma cuadrada, aunque no llegaría a terminarse hasta 1619.
La Casa de la Panadería es un edificio de cuatro alturas con la planta baja porticada. Está sita en el centro del lado norte de la Plaza Mayor. La Casa de la Carnicería, enfrente de la anterior, también está delimitada por torres angulares pero es más sobria. En el centro está la estatua ecuestre de Felipe III, monarca que inauguró el plaza, que data de 1616. El Arco de Cuchilleros, en el rincón suroeste, es el más monumental de sus accesos, diseñado por el arquitecto Juan Gómez de Mora.
2.- Palacio de Santa Cruz
Si salimos de la plaza por el lado este, bajo la puerta de la calle Gerona, enseguida llegamos a la Plaza de la Provincia, donde se encuentra el Palacio de Santa Cruz. Este edificio construido en el siglo XVII bajo el reinado de Felipe IV, que se parece mucho a la Casa de la Villa, sirvió inicialmente para albergar la cárcel de la ciudad, así como la sala de los Alcaldes de Casa y Corte del Madrid de los Austrias. Actualmente es sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. En la misma plaza encontramos la Fuente de Orfeo, réplica de finales de siglo XX de otra fuente del siglo XVII que fue diseñada por Juan Gómez de Mora (autor también del Palacio de Santa Cruz), ya retirada pero cuya escultura de Orfeo ahora se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional.
Desde aquí tomamos nos adentramos en diversas calles que han conservado el mismo trazado de su origen y donde se encuentra la legendaria Posada del Peine, uno de los mejores hoteles en cuanto a su historia y una ubicación inmejorable.
3.- Plaza de Isabel II
Al final de la calle Arenal se abre la Plaza de Isabel II que, con el nombre de Caños del Peral, fue muy importante en la época de los Habsburgo. En el siglo XVI existía aquí una fuente muy grande llamada así, de los Caños del Peral. La fuente tenía anexionado un lavadero con 57 pilas que empleaba el agua sobrante de los caños. Los vecinos acudían a lavar su ropa al lavadero y los aguadores a llenar sus cántaros en la fuente. A su lado se instaló una compañía de cómicos italianos, y años después se levantó el Teatro de los Caños. Esto fue el germen de nuestro Teatro Real, del siglo XIX. Enfrente justo aparece el Palacio Real.
4.- Plaza de Oriente
Al otro lado del Teatro tenemos la imprescindible Plaza de Oriente. Aquí se puede decir que tenemos el origen de Madrid, el embrión a partir del cual fue creciendo la ciudad. A causa de su posición elevada, este lugar sirvió a los árabes para situar una de sus torres de vigilancia para defenderse de las incursiones cristianas del norte. Esta torre dio lugar a una fortaleza que más tarde se convertiría en alcázar. La ciudad creció hacia el este, y en la época de los Austrias esta zona tenía un aspecto muy diferente al actual. En lo que hoy son jardines había varios edificios, algunos de los cuales servían para dar soporte al alcázar, como la casa del Tesoro.
En la actualidad, la Plaza de Oriente es uno de los lugares más interesantes de ver en Madrid. Tanto por su historia como por la cantidad de monumentos que acoge. Aquí están el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, los Jardines de Sabatini, el Monasterio de la Encarnación, el Teatro Real y la estatua de Felipe IV. En dos de sus paseos vemos una buena cantidad de esculturas de reyes españoles.